❗Ejercicio: Antes de seguir leyendo, cierra los ojos e imagina una "niña buena".
"Si te pidiera que dibujaras una «niña buena», seguramente pintarías a una niña sentadita en una silla, con las piernas juntas, calladita, vestida de domingo, bien peinada y con lazos en el pelo. Sería una niña limpia, quieta, sumisa, dócil, asexual, obediente, silenciosa, pasiva... ¿Sigo? No hace falta, ya nos hacemos una idea.
Sabemos bien cómo es una niña buena porque todas lo hemos sido. En algún momento de nuestra infancia debimos renunciar a todo nuestro potencial, nuestra vitalidad y nuestra energía, nuestra manera de ver las cosas. Debimos renunciar porque la presión de padres, madres, profesorado, niños y cualquier otro adulto que nos rodeara fue demasiado intensa.
Renunciamos a ser quienes éramos porque temíamos más la falta de amor y aceptación de los seres de los que dependíamos emocionalmente que nuestra propia muerte psicológica y emocional. Terminamos por ceder y nos domesticamos. Permitimos que nos dijeran qué hacer, cuándo y cómo. Muchas dejamos de subirnos a los árboles, de llorar cuando nos enfadábamos, de expresar ira... En definitiva, dejamos de ser quienes éramos.
Dejamos de sentir."
✍ Extracto del libro Cuerpo de Mujer. Reconectar con el útero de Mónica Felipe-Larralde.
@editorialobstare
💪 En diciembre podrás disfrutar de una clase gratuita titulada "Conoce las huellas de la niña buena en ti" en exclusiva para la Comunidad Estudio sobre el útero.
👉 Si quieres asistir, suscríbete a la Comunidad AQUI y recibe información, recursos y descuentos. Es gratis ahora y siempre.
Y tú…
- ¿Llevas dentro una niña buena?
- ¿Sabes cómo te afecta?
- ¿Te gustaría saber más?
No hay comentarios:
Publicar un comentario