Llevaba mucho tiempo sin hacer cursos presenciales hasta que las mujeres de la Asociación Lactalmería y Desmontando A La Pili Sevilla me invitaron a volver a la carretera. Mi reciente maternidad, hace ocho meses, me había mantenido en un viaje interior (un puerperio), cómodo y suave del que poco a poco voy despertando. Cerca de casa, estos dos cursos me daban la oportunidad de saber si deseaba volver a estar disponible para lo externo o no. De la experiencia del curso de Almería ya hablé aquí.
En Sevilla, este fin de semana han sucedido muchas cosas. Por una parte, volver a la ciudad en la que viví en mi infancia, y hacerlo de la mano de una mis amigas de entonces, Mónica Ortiz Ríos, ha sido para mi una experiencia inolvidable. He compartido un día intenso con mujeres fuertes y he podido ver, una vez más, el grandísimo potencial que anida en nuestro interior. He aprendido muchas cosas junto a ellas. Y lo he podido hacer porque comparto mi vida con una persona sensacional, uno de esos hombres comprometidos con el bienestar de las personas que le rodean, un hombre que cuida y sabe amar. He aprendido que cuando hay sabiduría, las desafortunadas circunstancias que nos rodean, no tienen porqué marcar el resto de nuestra existencia. Que vivir es una elección y que podemos elegir vivir a manos llenas. He aprendido que todas tenemos dentro un don para compartir y que el mundo necesita los dones que las mujeres, cada una de nosotras, llevamos. He aprendido que las mujeres necesitamos abrirnos a nuestro potencial y compartirlo con generosidad y coraje a partes iguales. He aprendido que los afectos de la infancia quedan latentes esperando una llamada para activarse. Como ayer, hoy amo a Mónica y me siento orgullosa de haber compartido con ella tardes de bocadillos de nocilla y chapuzones en la piscina.
He aprendido que es importante, mucho, que las mujeres tomemos conciencia de nuestro potencial y lo vivamos de forma libre, sacudiéndonos las cadenas del patriarcado. He aprendido que deseo seguir haciendo este trabajo... porque tiene sentido y merece la pena, eso sí, a mi ritmo.
Gracias a las mujeres que asistieron al Encuentro de Mujeres de Sevilla por todo lo que me distéis y lo mucho que aprendí del alma femenina estando con vosotras.
Fue un auténtico placer.
Mónica, todavía recuerdo el encuentro al que aistí hace 2 años. Me alegra saber que estás repensándote volver "a la carga". Muchas gracias por compartir tantas cosas y por iluminar tantas vidas
ResponderEliminarSeguro que os lo pasasteis muy bien.
ResponderEliminarSobre cómo restaurar no tengo ni idea, yo lo que no sea tela e hilo se poco más, lo siento.
Un saludo cordial y gracias por pasar por mi blog.