El útero tiene memoria

Estaba haciendo una sesión individual con una compañera y, en mitad de un ejercicio práctico de propiocepción de la zona de la pelvis, su cuerpo se cierra en banda y le dice:

"No mires, no quiero que me mires. Estoy enfadada."

Y es que sí, el cuerpo guarda memoria porque el cuerpo aprende. Aprende a caminar y a sentarse; a controlar los esfínteres y a digerir la comida que habitualmente ingerimos; aprende a callar y a sentir.

Decía el antropólogo Marcel Mauss que convertirse en ciudadano requiere un determinado aprendizaje corporal. 

Convertirse en mujer también. Y no siempre lo que aprendemos es lo mejor para nosotras:

Aprendemos a no sentir deseo. 
Aprendemos a no sentir placer. 
Aprendemos a desconectar la conciencia del cuerpo (o la famosa separación cuerpo-mente).
Aprendemos a evadirnos de la intensidad (sobre todo, cuando hemos experimentado la intensidad de la mano del dolor o emociones desagradables - culpa, miedo...-).
Aprendemos a no defendernos.
Aprendemos a sentir vergüenza de nuestras funciones corporales (menstruación, flujo, olor, parto...)
Aprendemos a no estar cómodas dentro del propio cuerpo.
Aprendemos qué está bien y qué está mal en sexualidad.
Aprendemos que en la sexualidad somos el objeto y no un sujeto.
Aprendemos a reprimirnos.
Aprendemos a vivir con menos vitalidad.
Aprendemos que lo que hacemos, decimos, creamos... no tiene importancia.
Aprendemos a tener miedo y sentirnos inseguras.
Aprendemos a cerrar el impulso creativo y la materialización de nuestras ideas.

Todo esto lo aprendemos, no solo con la mente, sino con el cuerpo. Lo aprendemos a través de las emociones, las tensiones, las respuestas fisiológicas repetidas...

En concreto, todo esto lo aprendemos con el útero porque es un órgano central de la sexualidad de las mujeres.

Y, por eso, no basta con leer e intelectualmente comprender lo que ha ocurrido en tu vida. Hay que bajar al cuerpo, recorrer esas experiencias, aprender otras respuestas, eliminar tensiones y barreras... hacernos libres.

(Y en este recorrido, la relajación del útero puede ayudarte mucho. Por si aún no la estás practicando AQUI puedes descargarla gratuitamente).

Por cierto, gracias a las mujeres que me estáis contando cómo se ha disparado vuestra creatividad a raíz de la relajación del útero. 

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Testimonios:

"Sentí palpitaciones en el útero, como si fuera un corazón. Fue tan sorprendente que me desconcentró y me sacó de la relajación."

"También he empezado a sentir desde hace días como una vitalidad nueva me esta acompañando esta semana, incluso habiendo estado resfriada. Esto me llama la atención porque cuando caigo enferma suelo decaer moralmente bastante."

"La verdad es que mis relaciones están siendo más satisfactorias. Los orgasmos han sido muy intensos."

Puedes saber más aquí