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martes, 3 de julio de 2018

Ofrenda de boda de Sunie y Dara

El pasado 30 de junio mis amigos Dara y Sunie celebraron su boda en una playa. Para la ocasión me pidieron un texto de ofrenda a la Diosa. Este es el texto que leí en la ceremonia. Después de su lectura lanzaron claveles blancos al mar que, previamente, todos los invitados les habíamos entregado. Que sus deseos se cumplan y el amor brille siempre en sus días tanto como pudimos sentir los privilegiados que allí nos encontramos. 







"Nacemos desnudos y vulnerables. Tomamos el primer aliento y el aire entra en los pulmones. Luego, nos visten con ropas, más tarde nos cubrimos con corazas, algunos de nosotros portamos armaduras. Incluso, armas.

 
Quizá el camino de vida no sea más que la voluntad de irnos desnudando de los ropajes que la educación, la sociedad y las experiencias nos van imponiendo. Agradezcamos a la Diosa que ese camino de vuelta lo hagamos en compañía, que podamos mezclarnos, a ratos perdernos en el otro, que resurjamos de las cenizas una y otra vez dispuestos a rendirnos al misterio que representa estar vivos aquí y ahora.

Agradezcamos el amor que nos sostiene contra viento y marea. La mano amiga. El hombro sobre el que llorar, la cintura a la que asirse. Los pasos del otro acompasados con los propios. La pupila dilatada. La voz de arrullo. Los brazos amantes.

Agradezcamos que sea un viaje compartido en pareja, en amistad, en familia, en comunidad, en tribu. Agradezcamos a los niños su presencia que nos devuelve a los inicios; a nuestros propios inicios. Agradezcamos que las alas nos permitan volar más allá de lo evidente y nos acerquen a las más altas cumbres desde donde observar con perspectiva el paisaje de nuestra vida ya cumplida.

Quiera la Diosa que en el último aliento de nuestra existencia, la vez última en que nuestros pulmones se vacíen de aire, podamos despedirnos tan desnudos y vulnerables como el día en que nacimos.

Que así sea."

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