Hace poco
publiqué esta foto de las Jornadas Mujer Despierta en Facebook al hilo de una
conversación bastante sabrosa en la que debatíamos sobre la oportunidad de dar
de mamar en público o no. Fue mi manera de zanjar el tema, después de que
alguien asegurara que las madres que amamantamos en público, alardeamos de
ello. En esta fotografía, estoy con mi hijo de cuatro meses, dando una conferencia. ¿Pretendía alardear? No. De hecho subí a la tarima en un primer momento sin mi hijo. Al rato pidió comer y, la verdad, sin pensarlo mucho, lo cogí, y seguí con la charla mientras él mamaba. Fue la manera más natural de conciliar que encontré. Esta anécdota unida a las otras muchas que me han ido contando a lo largo
de esta semana, me ha dado mucho que pensar. ¿Por qué "molesta" que
las mujeres demos de mamar en público? ¿Es solamente un concepto puritano? ¿Se
trata de algo más? ¿Es visto como un acto de exhibicionismo?
Intentando descifrar este enigma, me ha salido este decálogo.
Los 10
mandamientos del patriarcado sobre el cuerpo de la mujer
Mandamiento
del patriarcado número 1: No serás propietaria de tu cuerpo.
Tu cuerpo no te pertenecerá. Tu cuerpo pertenecerá
prioritariamente al macho dominante (tu padre, mientras eres menor de edad; tu
novio, pareja, marido después). Tu cuerpo no podrá ser para quien tú quieras
que sea. Tú no decidirás quien entra y sale de tu cuerpo, quien se alimenta de
él o a quien le da placer. No podrás entregar tu cuerpo a tu hijo.
Mandamiento
del patriarcado número 2: Separarás tu cuerpo de tu mente.
No
vivirás la unidad de tu mente y tu cuerpo. Vivirás prioritariamente en el mundo de
las ideas, el intelecto, no te harás cuerpo, no serás también cuerpo. No darás
de amamantar mientras ejerces una función intelectual. Una cosa o la otra. Las
dos juntas, no.
Mandato
del patriarcado número 3: No lo tendrás todo.
No
tendrás derecho a tenerlo todo. Habrás de elegir siempre en la eterna dicotomía:
madre o mujer. Unificar estos dos aspectos sera una provocación. Si eres
madre y quieres ejercer, habrás de abandonar tus actividades profesionales. Si
deseas ser una trabajadora, priorizarás tu trabajo sobre todo lo demás. Si eres
madre, no tienes derecho a ocupar un espacio público.
Mandamiento
del patriarcado número 4: No jugarás tu propio juego.
Eso será considerado
insultante. Habrás de amoldarte a lo que los demás piensen. Los caminos están
diseñados perfectamente y no podrás salirte de ellos. Cualquier desviación será
considerada una provocación.
Mandamiento
del patriarcado número 5: Obedecerás a los poderosos y someterás a los débiles.
No se admitirá bajo ningún concepto la resistencia a la autoridad (hombres mayores, hombres, expertos, profesionales colegiados, madres más
experimentadas, representantes de movimientos...)
Mandamiento
del patriarcado número 6: No serás feliz si eres madre.
La mujer no debe gozar con la maternidad, con la
crianza, con la entrega de su cuerpo al hijo, con la lactancia... la madre
tendrá que sufrir, sentirse sobreexplotada, expoliada, sobrepasada,
reprimida...
Mandamiento
del patriarcado número 7: Tu sexualidad estará al servicio del macho.
Tu
sexualidad se referirá únicamente al coito y tendrá una funcionalidad
falocéntrica. No considerarás como parte de tu sexualidad, el embarazo, el
parto y la lactancia.
Mandamiento
del patriarcado número 8: Serás la guardiana del patriarcado.
Señalarás
con el dedo a las hermanas: las censurarás, las criticarás con saña, jugarás
sucio contra ellas... mantendrás a las otras mujeres dentro del espacio
reservado para ellas. Competirás. No colaborarás.
Mandamiento
del patriarcado número 9: Entregarás tus hijos al patriarcado.
Los educarás de
acuerdo a estas leyes y perpetuarás de esta manera la jerarquía y el orden
establecido.
Mandato del patriarcado
número 10: Considerarás tu cuerpo impuro.
Te avergonzarás de tus fluidos y
negarás tu biología. Normalizarás la enfermedad y medicalizarás tus procesos
naturales.
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"Solo mediante la enajenación de la mente del cuerpo, se han podido dar fenómenos básicos para el patriarcado. Por ejemplo, una crianza conductista donde el cuidado y el amor queden relegados a un segundo o tercero plano por detrás de la obediencia, la sumisión o la productividad".
Madre pero no mucho
"(...) deberéis añadir el hecho de vivir en un mundo que no está hecho para y por la Vida, donde los niños sólo tienen cabida en instituciones y las madres en su rol de trabajadoras sumisas".
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Madre pero no mucho
"(...) deberéis añadir el hecho de vivir en un mundo que no está hecho para y por la Vida, donde los niños sólo tienen cabida en instituciones y las madres en su rol de trabajadoras sumisas".
Chapó, chapó, chapó...
ResponderEliminarAunque no resulta fácil pecar, algunas estamos en pecado mortal...
Un beso
Todos se dieron, inconscientemente, al coger a tu hijo. Pero de todos ellos saco la conclusión de que la vida es dura y hay que luchar y competir para tener un lugar. Has de hacerlo tal cual un hombre. Por eso lo de la teta fue mal visto por otra persona. O, si era mujer con hijos, "yo tuve que hacerlo a escondidas" porque cómo mandaba la censura "esa actitud era vergonzosa y da una razón para decir que lo que pretendías era exhibirte" y no dar la mamá a tu hijo.
ResponderEliminarParece que estamos más acostumbrad@s a ver en la tele a las (pobres) mujeres Africanas (medio desnudas) con l@s hij@s pegad@s a la teta... y eso nos parece normal. Pero que una mujer occidental (vestida) amamante en público... mal mal mal.
ResponderEliminarAquí, en Argentina, sin ser un país "africano", ni una potencia desarrollada... se vive con total naturalidad que una mamá saque su teta y dé de mamar a su hij@, sea en un bar, en un colectivo, en una institución. Nunca va a faltar el baboso desubicado... pero son los menos, casi insignificantes. Más bien al contrario, se crea una atmosfera de respeto y tal vez, reverencia frente a esa escena.
ResponderEliminarLa verdad leyendo estos mandamientos no los relaciono con el patriarcado. Me parece que son imposiciones que el sistema intenta ejercer sobre hombres y mujeres cualquiera sea su rol desempeñado, claro algunos apuntan más a unos que otros. Pero creo que es una mirada acotada pensarlo así.
ResponderEliminarA mi en particular no me hubiera gustado que mi mamá me de de comer en ese lugar ante tanta exposición. Recibiendo tanta energía de todo el público. Yo hubiera preferido que me dedique un tiempo más exclusivo para darme de comer. No me moleste que amamanten en público, siempre me pareció fundamental darle la dedicación que merece la alimentación. Juan
ResponderEliminarHola! Me parece genial que una madre incluya a su hijo en su vida cotidiana. Como bien apuntan, una madre de cualquier tribu se carga a su bebé y no lo "aparca" sino que lo integra en la sociedad y en su día a día sin tener que renunciar, por su maternidad, a otros aspectos de su vida.
ResponderEliminarLo que nosotros llamamos conciliación de la vida familiar y laboral.
Ahora bien, cómo se consigue esto con ciertas profesiones? Me refiero a una cirujana o una espeleóloga o una bombera o una química...
Es un tema que me inquieta porque existen profesiones que no compatibilizan muy bien con una lactancia materna a demanda y "prolongada". O sí pero yo no alcanzo a ver el modo?
Pienso que es fundamental para nuestra sociedad que encontremos y apoyemos proyectos de verdadera conciliación o integración o inclusión o como se le quiera llamar para reconectarnos con nuestra humanidad.
Muchas gracias
María
La cuestión es que desde el sistema se nos ofrece una carrera profesional lineal, que no distingue ni da espacio para otras actividades humanas. Desde el día que te incorporas al trabajo hasta el día que te jubilas, el modelo ofrece siete u ocho horas diarias de lunes a viernes (con suerte). Creo que sería necesario flexibilizar el trabajo y poner en primer término al ser humano por encima del capital. Entonces entenderíamos que cuando una mujer y un hombre devienen padres, necesitan compatilibizar el trabajo con la vida familiar más intensa de los primeros años: teletrabajo, jornadas reducidas, excelencias... por supuesto, sin que estas opciones sirvan de excusa para recortar los derechos y las expectativas de una vida laboral que dura décadas.
ResponderEliminar¿Y si yo quisiera dedicarme 3 años a cuidar de mis hijos y después su padre y después, al crecer estos reincorporarnos a nuestro puesto laboral?
Es posible (en otros países se hace), y el único factor en contra es el mercado neocapitalista de trabajo cuyo centro y objetivo no son las personas sino el capital y la producción.