Gema me deja este comentario en el post titulado "Relajación del útero funciona... incluso si no te la crees". Me ha parecido que era mejor darle espacio.
"Hola, Mónica:
Hace dos meses me bajé la relajación y comencé a
practicarla. Mi actitud al respecto era medianamente escéptica, aunque por otro
lado sentía curiosidad. Había leído tiempo ha las teorías de Casilda Rodrigáñez,
pero me preguntaba cómo era posible recuperar la condición inicial del útero
(cómo era siquiera posible sentir un órgano que estaba en tu interior si yo
nunca me he sentido el bazo, por poner un ejemplo). Me preguntaba si eso era
recuperable, y si ese deseo de recuperación no era más bien un ensueño respecto
a una supuesto estadio primigenio que ha de concedernos todos los
bienes.
Total, que me puse a ello. Al principio no sabía ni cómo
concentrarme para sentir calor en el útero. Siempre he tenido facilidad para
visualizar y sentir las partes de mi cuerpo durante una relajación, pero lo del
útero era para mí más complicadillo. Y no es que no sepa dónde lo tengo; pero es
que no, un dibujo en una estampa anatómica no es más que una orientación mínima.
Como una localización geográfica. Lo de sentir, en cambio, es otra cosa.
Ahora bien: uno de las pistas fue precisamente la del dolor menstrual.
Es decir: el útero estaba allí donde dolía durante los períodos (a menudo pienso
si ese dolor no es la única forma que al útero le queda para manifestarse en una
mujer que olvida su presencia igual que olvida la presencia de su bazo). De modo
que ahí puse mi empeño y seguí en ello.
Transcurrido un mes, comencé a
notar que mi actitud ante las cosas era en general más serena, y que por otro
lado sentía más energía, menos cansancio. Bien, me dije, esto podría ser
casualidad o sugestión. No obstante, mis sensaciones físicas comenzaban a ser
muy claras: empecé a sentir verdadera relación entre la relajación de la
mandíbula y la sensación de calor en la barbilla por una parte, y las
sensaciones en el útero y la vulva por otra. Era comenzar la relajación de
mandíbula y barbilla, y sentir pequeñas pulsaciones en la vulva.
Al mes
y medio, entre trabajo, rutinas y desidia, estuve como una semana sin hacer la
relajación. Ahí pasé unos días más cansada, y ante eso, recordando la energía
del inicio, se me encendió la bombillita: a ver si va a ser por haber dejado de
practicar. Y volví a ello. Aquí es cuando comencé a alucinar: la primera
relajación después de mi abandono fue una auténtica sorpresa. Al iniciarse la
parte del calor en el útero, comencé a sentir latidos que iban de la mitad
inferior del vientre a la entrada de la vagina (parecidos a los de un orgasmo,
cuando se contraen las paredes vaginales, pero mucho menos espasmódicos, más
suaves). Y así hasta el final de la relajación. ¡Qué gusto!
No me lo
podía creer. Vamos, es que te lo estoy contando y no me lo creo todavía, y eso
que ahora me ocurre en cada relajación. Es una gozada. No esperaba en absoluto
un efecto tan rotundo.
En fin: quiero agradecerte tu trabajo, tu
relajación y el hecho de que la hayas puesto a disposición de todos en el blog.
Estoy muy contenta de que mi curiosidad --mi instinto-- me hayan llevado hasta
aquí y hasta mi útero, y de que haya mujeres que como tú son lo suficientemente
generosas como para guiar a las demás en ese camino.
Muchas gracias."
Gracias por compartirlo. En agosto me inscribí para la Bendición del útero de Miranda Grey y fue maravilloso. Tuve un momento a solas en la tarde (después de la hora a la que me había registrado), y seguí los pasos que me habían enviado por e-mail, escuchando la relajación que también me enviaron. Fue maravilloso, una experiencia muy similar a la que se cuenta aquí. Yo también tenía facilidad para meditar, pero no creí que resultaría tan maravilloso, estando sola sin alguien que me guiara y sin un círculo de mujeres, por ejemplo. Sólo había sentido una dicha similar al amamantar a mi hijo, en sus primeros meses de vida. Era como auténtico y prolongadísimo orgasmo, pero distinto al que estamos acostumbradas en el marco de una relación sexual con un hombre. Una auténtica bendición. Que bueno saber que más mujeres se están descubriendo, gracias a otras que facilitan el conocimiento, con la sabiduría que han adquirido.
ResponderEliminarYo también quiero compartir mi experiencia. Mi hijo venía de nalgas y, entre otras cosas, practiqué la relajación del útero y los audios del vínculo mamá-bebé que compartiste recientemente. He escrito sobre ello en mi blog, este es el enlace: http://aitanaimama.blogspot.com.es/2012/11/my-name-is-cristina-and-i-am-breech.html
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu generosidad.
Cris
Gracias por compartir tu experiencia Cris.
ResponderEliminarha sido muy hermoso el relato y seguro que da algo de luz a más de una madre.
Un fuerte abrazo,
Mónica
Yo también quiero agradecer a Mónica su gran generosidad y a mi amiga Antonia, gracias a la cual conocí su blog. Camino buscando una paz interior que parte de mi utero, al que recurro cada vez que me desaliento, dándole profundo amor y él me devuelve la serenidad que me acompaña cada día, es simplemente maravilloso, gracias.
ResponderEliminarMe he estado leyendo el blog y he dado con esta entrada y me he sentido completamente identificada. Hace poco fui a parar a este blog no se ni como, y tras ponerme a leer decidi probar la relajacion del utero, ya que tengo puesto el diu y a veces tengo unos dolores incomodisimos durante la regla.
ResponderEliminarAl principio me costo muchisimo primero que nada conseguir concentrarme en la relajacion, sin desviar mis pensamientos, ahi me di cuenta de lo descentrada y estresada que estoy con mis preocupaciones. Me costaba muchisimo sentir el calor que menciona la relajacion, pero poco a poco lo fui conseguiendo, primero en los brazos y en las piernas, y por ultimo en el utero, ya me costaba situarlo, cuanto mas sentir calor en el.
Sin embargo, la ultima vez que lo hice fue cuando llegue a sentir esta sensacion tan maravillosa que aqui se comenta. Al llegar a la parte del calor en el utero, empece a sentir muchisimo calor en todo mi cuerpo y notaba olas de placer desde el vientre a la vagina, una sensacion como un orgasmo lento y largo, no se como describirlo pero fue una sensacion increible, y sinceramente, me asuste pensando que me habia vuelto loca porque es una sensacion alucinante, cuando sali del ejercicio quede con una gran sensacion de felicidad.
Que explicacion tienen estas cosas que se notan? Por que, si es para relajar el utero, se producen estas "contracciones" o lo que sea?
En todo caso, muchas gracias por poner esto a disposicion de todas, ahi es donde me he dado cuenta del poder que tenemos en nuestro cuerpo y que no somos capaces de utilizar, te estoy agradecida infinitamente porque si no hubieras compartido tu conocimiento nunca me habria dado cuenta de que esto existia y de lo importante que es.
Mil gracias!!