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lunes, 10 de junio de 2024

Reconecta Valencia


El cuerpo no es un sistema cerrado al medio ambiente. ¿Verdad que si vives en un entorno contaminado, antes o después, tú también lo estarás? El aire, los alimentos y el agua que ingieres entran en tu cuerpo. Exactamente igual sucede con los valores de la cultura, que afectan a la funcionalidad del cuerpo.
A esto, en antropología se le llama embodiment, el proceso por el cual los valores de la cultura en la que creces, entran en tu cuerpo, literalmente se hacen carne, tendones, ligamentos...
Te pondré algunos ejemplos:
Mi pelvis no es igual que la de una mujer hindú, que se sienta en el suelo. La cultura, es decir, la silla, termina después de años imponiendo una flexibilidad (o falta de flexibilidad) en mis caderas.
Mi espalda no es igual que la de una mujer massai, porque a mi, en la pubertad, me dio vergüenza que mis pechos destacaran. Durante ese tiempo, mi espalda se ha acomodado a esconderlos y mis hombros tienden ligeramente hacia delante. Esto ha modificado el tono muscular, los ligamentos, tendones...
Y nosotras, mujeres occidentales, hemos aprendido desde pequeñas a ignorar la zona de la pelvis.
- Hemos perdido la propiocepción e interocepción de la zona.
- Hemos tensado el útero (que es un músculo).
- Nos hemos sentado en sillas y nuestra pelvis es más rígida.
Y como consecuencia de esto:
- Nuestras menstruaciones son dolorosas.
- Los partos son largos y difíciles.
- Tenemos menos placer sexual.
- Sentimos inseguridad crónica.
- Nos cuesta mucho esfuerzo materializar nuestros proyectos.
- Hemos perdido el poder personal. Y esto implica una serie de consecuencias que se reflejan en todos los niveles de tu vida: desde lo físico a lo emocional y mental.
Pero tengo una buena noticia para ti. Es posible revertir los efectos de la educación y de la cultura en tu cuerpo.
Valencia, 16 de junio.
Ven a vivir una experiencia única y conectar con tu fuente de creación y paz interior.



 

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