"Tendremos que
contarnos las historias nosotras. Nombrar los vacíos y los sueños, asomarnos a
las mentiras y las fantasías, preguntar por lo importante y lo superfluo.
Tendremos que saber cual es el origen y hacia donde caminamos con paso decidido,
dónde están los senderos pedregosos y en qué desvío podemos perdernos
irremediablemente. Tendremos que gritar al aire lo que nos pasa por dentro y
destrozar las viejas mecedoras en las que nos acunaron. Tendremos que
levantarnos sobre nuestras cenizas y alimentar a la fiera. Las mujeres tendremos
que saber que sabemos, aunque para eso tengamos que profanar los cementerios y escupir a los lados. Las
mujeres tendremos que contarnos las unas a las otras las historias veladas, las
miserias secretas para hacer con ellos un collar con el que protegernos.
Necesitamos
explicarnos por qué las cosas son como son, por qué la mariposa vive tres días
y el cordero pace al lado del matadero. Tendremos que decir cómo son las cosas,
pero no deformadas por una ilusión de objetividad, sino alimentadas por el calor
de lo subjetivo, de lo que me ocurrió, de lo que sentí, de lo que viví. Y en
esa lectura, en esas historias, en ese intento de recrear la vida, las mujeres
podremos entonces recomponer la mirada que nos fue arrebatada en las tibias
mazmorras de leche y en los pasillos de los Ministerios. Será entonces, cuando
hayamos terminado de escuchar a la última mujer relatar su hazaña y sus
desventuras, cuando compondremos un cuadro y veremos, al fin, veremos.
En ese instante
nuestra mirada se volverá pulcra y limpia y veraz y poderosa y atravesará los
muros y verá las sombras y percibirá lo que no hay. El patriarcado caerá como una
torre de naipes aplastando bajo su pecho a los fantoches. Y la flor volverá a
recrear al mismo universo en cada uno de sus pétalos y la mariposa sacudirá sus
alas inmutable y el ruiseñor nos ofrecerá una nota que nunca antes había sido
escuchada. La poesía, al fin, brotará del rincón del jardín y se desparramará
llenando el mundo de versos y ritmos y sonidos. Y el verbo comenzará a crecer.
Pero antes,
primero, las mujeres tendremos que contarnos historias."
Dedicado a todas las mujeres que escriben, que cuentan, que explican, que dan...
Me uno al agadecimiento de tu dedicatoria. Historias de mujeres, necesitamos más, más y más!
ResponderEliminarPrecioso texto y precioso homenaje a las mujeres y a esa tarea que es re-cuperar y re-conectar con lo que somos!
ResponderEliminarSaludos!
Un abrazo a ti, Angela.
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