Al leer La represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente, de Casilda Rodrigañez, comprendí que lo que me pasaba a mi, aquello que me había hecho tanto daño en mi vida era producto de haber nacido y ser criada en una sociedad patriarcal. Y fue una autentica revelación pasar de considerar que aquello que no funcionaba en mi vida no tenía que ver sólo con mi historia personal y familiar, sino que era producto de un sistema en el que era imposible adaptarse de forma sana. Por eso los cuerpos de mujer nos duelen: nos duelen las reglas, nos duelen los partos, sufrimos fibromialgia, estamos cansadas, nos duelen las articulaciones, sufrimos de dolores de espalda... Nos duele el cuerpo porque es la forma en que podemos tomar conciencia de que lo que vivimos a diario no es sano. Es la manera en que el cuerpo se revela a la sumisión, a la desconexión del cuerpo y la mente, a la falta de libertad y expansión.
Nos enseñan desde pequeñas a vivir en lo reducido, a ser siempre pequeñas, a que no se os vea ni se nos oiga demasiado, nos enseñan a callar y sonreír, a no desear, a apagar el brillo... y así nos va. El cuerpo se queja, chirría, se rebela y nos pone en nuestro lugar. A veces nos deja inmóviles en la cama durante días o hace que los asuntos cotidianos (como coger a nuestro bebé en brazos) se conviertan en una tortura por el dolor de espalda o nos señalan que nos duele lo femenino. El dolor de regla, dicen las estadísticas que lo sufren entre un 30 y un 50 % de las mujeres. Se llama dismenorrea (de la que nos ocuparemos en este artículo) y puede ser primaria (si el dolor acompaña a las menstruaciones) o secundaria (que afecta a mujeres de más edad y suele estar asociada a otros factores como la endometriosis, miomas...).
Sintomatología*
Los síntomas pueden ser diversos: calambre en las piernas, dolor pélvico o abdominal intenso, dolor en la parte baja de las espalda (a la altura de los riñones), dolor de cabeza, náuseas, mareos, vómitos, desmayos, fatiga, así como ansiedad, irritabilidad o depresión, es decir, que afecta tanto el estado físico como anímico. En algunos casos, además de los síntomas, se expulsan durante la regla coágulos de sangre o moldes endometriales.
Mujeres que se ven compelidas a enfrentarse mensualmente con su dolor de lo femenino, con el dolor que produce su propia naturaleza. Mujeres que se quedan en cama unos días, que recurren a pastillas hormonales y a analgesia, que usan bolsas de agua caliente... cada mes durante más de treinta años en su vida. Mujeres que cuando recurren a los médicos se encuentran con una ciencia que las medica. Mujeres que no se plantean que puede que no sean ellas las que estén mal, que su cuerpo no está defectuoso, sino que es el sistema patriarcal el que habría que cambiar.
Magnitud del dolor menstrual*
- Grado 0: Menstruación no dolorosa y la actividad diaria no se encuentra afectada.
- Grado 1: Menstruación dolorosa, pero rara vez inhibe la actividad normal, los analgésicos son rara vez requeridos, el dolor es leve.
- Grado 2: Actividad diaria afectada, los analgésicos son requeridos y dan suficiente alivio para poder realizar actividades diarias, el dolor es moderado.
- Grado 3: Actividad diaria claramente inhibida, pobre efecto de los analgésicos, síntomas vegetativos (cefalea, fatiga, vómitos, y diarrea), el dolor es severo.
Así que si al 30 o 50 % de las mujeres sanas les duele su ciclo biológico natural, debemos considerar que ocurre algo. Al menos, debería darnos que pensar. Algunos casos clínicos recogidos como ejemplo en un documento del ginecólogo José Antonio Navarro Repiso:
1. Una mujer de 32 años de edad presenta una historia de dismenorrea de 2 años de duración. Durante los últimos 10 meses el dolor ha empeorado progresivamente de tal forma que no puede trabajar 1-3 dÌas al mes. Ha tomado varios tipos de analgésicos sin resultados. Utiliza un dispositivo intrauterino (DIU) durante 8 años sin problemas. Hace 3 años que le extrajeron el DIU porque ya no deseaba anticoncepción. La exploración pélvica repetida revela un ú̇tero indoloro de tamaño normal. La exploración de los anexos provoca dolor, aunque no se palpa ninguna masa.
O sea, una mujer ¿que desea ser madre desde hace tres años y no lo ha sido?, con dolores menstruales
2.- Una niña de 15 años de edad declara que tiene un dolor menstrual grave. La aspirina, ú̇nica medicación que ha utilizado, no le ha sido útil. La madre explica que cuando la niña tiene la regla, generalmente tiene que ausentarse de la escuela 1-2 dÌas y que este absentismo ha ido acompañado de malas notas. La familia de la niña acaba de mudarse a esta zona. La exploración pélvica es normal.
O sea, una adolescente que acaba de cambiar su entorno en una edad en la que el grupo, los pares, es fundamental para ella.
Para la ciencia las respuestas acertadas para estas pacientes son más pruebas diagnósticas y el uso de medicación. La ginecóloga Cristine Northrup dice que el patriarcado es la separación del cuerpo y la mente. Estoy de acuerdo. Las mujeres nos hemos desarrollado escuchando únicamente al hemisferio izquierdo del cerebro. Toda la educación en la escuela y en casa ha sido dirigida para ahogar lo intuitivo, instintivo, emocional y corporal: poniendo el acento en la represión sexual. Sustituir un sistema con tanto arraigo como el patriarcal parece una labor ardua para cualquier mujer... pero, ¿qué tal si cambias tú? Solo tú, tu vida, tus relaciones, tu realidad... Además, no estamos solas, aisladas. Vivimos en un entorno contaminado y, como viene reconociendo una parte de la medicina, las interacciones con las sustancias químicas pueden estar influyéndonos más de lo puede parecernos. ¿Qué te parece si tú decides que ya no vas a hacer el juego más al sistema patriarcal, que no vas a continuar haciendo como si los dolores de tu cuerpo fueran una condena personal y decides escuchar tu cuerpo y hacerle caso para que sane? Pero ¿cómo? Hay muchos caminos para enfrentar un proceso de crecimiento y maduración personal. A mi me gustan aquellos caminos que involucran cuerpo, emociones, mente y conciencia. Uno de ellos posible es la relajación del útero.
Una sencilla relajación que puedes descargarte gratuitamente aquí y que, está demostrado por miles de mujeres, tiene los siguientes efectos:
- Elimina el dolor menstrual (dismenorrea).
- Potencia el deseo sexual y el placer sexual.
- Reduce la duración de los partos y ayuda a parir sin dolor.
- Aumenta el autoconocimiento y la capacidad de escucha.
- Instaura la unión cuerpo-mente.
- Proporciona mayor creatividad.
- Aumenta la seguridad y el poder personal.
Toda la información sobre la relajación la tienes en la página RELAJACIÓN.
Y no te preocupes si crees que no te va a funcionar esta relajación. Hay quien tampoco se lo creía y mira aquí.
¡Qué la disfrutes!
* Síntomas y magnitud extraídos de Wikipedia
Muy agradecida de tu artículo. Me hace mucho sentido, lo he vivido, y creo profundamente que es así.
ResponderEliminarUn abrazo de mujeres poderosas para ti.
no están los mp3?
ResponderEliminarHola anónimo:
ResponderEliminarSí que están los mp3. En la frase que dice: puedes descargarlos aquí. Cliquea en el aquí y te llevará a la página del blog que los contiene.
En la pestaña RELAJACION también los puedes obtener.
Un abrazo!
He encontrado casualmente este blog y me resulta su lectura muy interesante. Sobre todo la entrada sobre la relajacion del útero. ¿tienes informacion sobre su efecto sobre la hipermenorrea, (reglas muy abundantes) sin que exista patología orgánica que lo provoque. Ya que ese es mi amargo problema. Ni la dismenorrea ni el sde Premenstrual me afectan pero el exceso de sangrado me limita y dificulta mi vida en esos dias .Saludos y espero tu respuesta aunque sea negativa. Muchas gracias.
ResponderEliminarHola! ¿Puedes ayudarme a encontrar la relajación del útero en portugués? Tengo dismenorréias grado 4 y desmayo cada mes. Me gustó mucho tu texto y creo que va a ayudar mucho la relajacion del útero. Gracias!
ResponderEliminarHola Annade:
ResponderEliminarUno de los efectos temporales de la relajación del útero es que aumenta (los dos o tres primeros ciclos) la hemorragia. A partir de ahí, se estabiliza y se reduce considerablemente.
No tengo ninguna información posible para un sangrado abundante sin patología. Lo que sí puede ayudarte la relajación es a conectar más profundamente con tu cuerpo y a tener conciencia de esa zona. Quizá de esta manera puedes comprender qué ocurre.
Siento no poder ayudarte.
Un abrazo,
Mónica
Hola Gabriela:
ResponderEliminarLa relajación del útero no está disponible en otros idiomas (por ahora).
Lo que puedes hacer es aprenderte de memoria la relajación y hacerla tú misma. Tienes la relajación en la página titulada RELAJACIÓN.
Esperamos en breve comenzar a traducirla, pero todavía no se ha hecho.
¡Un abrazo!
Muchas gracias por el artículo. Como psicóloga a futuro, me encanta que me hayas recordado, al darle énfasis, la relación corporal que tenemos las mujeres actualmente y lo que deberíamos practicar. Bellísimo. Mil felicidades.
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